A comienzos del verano de 1981, un grupo de amigos de La Manga y Cartagena tuvimos la iniciativa de organizar un festival de música pop en la zona de Cabo de Palos/La Manga. A la cabeza del grupo se encontraban Joaquín Conesa, Diego Jódar y Carlos Mayoral, que se constituyeron en la sociedad Mayonesa y Amigos, encargada de la organización del evento.
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Diego Jódar |
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Joaquín Conesa |
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Carlos Mayoral |
En un principio se pensó a lo grande: Festival de dos días en las playas del Parque Regional de Calblanque con varios grupos al modo Woodstock, pero los permisos necesarios, y las infraestructuras técnicas, sanitarias y de seguridad, etc. nos hicieron desistir pronto. La alternativa la brindaron unos amigos asturianos, cuyo padre era propietario del solar en el que se ubicaba el antiguo Club Náutico de La Gola en La Manga.
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Club Náutico La Gola en 1981 |
Abandonado durante años, el edificio y las viejas instalaciones iban a ser derribadas en otoño/invierno de ese año con el fin de construir el año siguiente un nuevo puerto y un par de edificios de apartamentos. Ubicado en una 'península' unida a La Manga por un estrecho puente era el sitio ideal para la celebración de un concierto al aire libre y junto al mar. Además, el antiguo club disponía de un número de aseos y servicios suficiente como para acoger un gran número de personas.
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Imagen que muestra el recinto vallado (línea roja) y la situación del escenario (rectángulo azul) |
A través de nuestro amigo
Jaime Gray contratamos un paquete que incluía a tres de los grupos más en boga de aquel momento:
Nacha Pop, que acababa de publicar su álbum debut,
Alaska y los Pegamoides que triunfaban con 'Horror en el hipermercado' y
Mamá, conocidos en la movida madrileña gracias a temas como 'Chicas de colegio' o 'Hora punta en el metro'. Completaba el conjunto el grupo
Raquel, también madrileños y liderados por
Fernado de Diego. Para que no todo llegara de la capital, incluimos a un grupo de la región, a los murcianos
Acequia, con su carismático líder
Emilio Chicheri.

Nos pusimos en marcha y, tras el visto bueno del propietario del terreno, nos dispusimos a solicitar los permisos administrativos correspondientes. Asimismo había que volver a dar el servicio de agua corriente a las instalaciones, problema que nos solucionó la empresa Potalmenor. La energía eléctrica necesaria era mayor de lo habitual, ya que había que alimentar, además de la iluminación general, el equipo de luces y sonido de los grupos. Puestos al habla con el jefe de zona de la entonces empresa Hidroeléctrica, el asunto se solucionó con el pago de una cantidad y media docena de entradas, a cambio de tres días de servicio.
El recinto, aunque rodeado de agua por prácticamente todas partes, era accesible a nado desde cualquier punto cercano, por lo que hubo que vallarlo con postes de madera, alambre y rollos de cañizo de 2 metros. Si aún así había quien intentara 'colarse' y saltar, había previstas 'patrullas' con perros 'muy ladradores' para hacerles desistir y pasar por la taquilla a pagar las 500 ptas correspondientes.

Para la promoción y publicidad se imprimieron miles de carteles (diseño de
Anto Chozas) que se pegaron desde Águilas hasta Torrevieja y se emitieron decenas de cuñas en las principales emisoras de la comarca. Esperábamos convocar entre 6.000 y 8.000 personas aquel sábado 22 de agosto de 1981.
Pero no contábamos con los caprichos de la Naturaleza. Aquella mañana de sábado amaneció como las anteriores: limpia, despejada y anunciando otro tórrido y caluroso día de un seco verano al que le había precedido una primavera sin apenas lluvia. Sobre el mediodía, de repente se oscureció el cielo y en dirección Este se podía ver cómo se formaba una tromba en medio del mar que avanzaba lentamente hacia La Manga y Cabo de Palos.

La nube y la tromba pasaron por encima de nosotros y nos cayó un diluvio con todo el agua que no había caído en dos años, y todo aquello en unos minutos que parecían no acabar nunca. Cuando llegó la calma, salió el sol y si no hubiera sido por los enormes charcos que dejó tras de sí la inoportuna tormenta, nadie nos habría creído.

Aquello fue un duro golpe para las expectativas de Mayonesa y Amigos. La mayoría de los que pensaban asistir querían venir en moto y no estaban las carreteras para vehículos ligeros. Por otro lado, al otro lado del Mar Menor, en San Pedro, tocaban a la misma hora,
Loquillo y
Los Secretos. Con mucha suerte, conseguimos vender unas 1.600 entradas a 500 pts (3€).

Recuerdo que antes de que subieran los de
Mamá al escenario, el representante artístico de los grupos nos exigió el caché completo de los tres grandes (
Mamá, Alaska y
Nacha Pop), que ascendía a 650.000 ptas (3.900€). Estuvimos más de media hora contando billetes pequeños de la taquilla hasta reunir la cantidad. Los escasos beneficios de la venta de bebidas y bocadillos sirvieron para pagar a los otros grupos y parte de los gastos generales.

El concierto en sí fue perfecto. No hubo problemas de sonido, ni de luces y en el cielo reinaba una maravillosa luna llena. En honor a la verdad, el trabajo y las responsabilidades de aquella noche no me dejaron disfrutar del concierto y sólo recuerdo el maravilloso tema de
Raquel,
'La noche entera'. Como es lógico, el evento se alargó y alrededor de la una, tras repetidas quejas de los vecinos que residían en los edificios cercanos, tuvimos que anunciar el último tema de la noche. Fue justo en el momento en el que aparecía por allí
Loquillo y sus
Intocables, que venían de tocar en San Pedro, ofreciéndose a tocar gratis. Pero no había tiempo para más.
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Imagen tomada en Manga Pop 81 que aparece en la
contraportada del segundo álbum de Nacha Pop. |
Fotos de prensa:
Luego quedaron varios días para desmontar, limpiar, recoger... y pagar deudas. En definitiva, perdimos dinero, pero la experiencia nos satisfizo tanto, que Mayonesa y Amigos, seguimos organizando cosillas, y entre otros, trajimos a la zona a Los Rápidos (luego El Último de la Fila, cuando Manolo García todavía destrozaba televisores en escena) y a Los Rebeldes de Carlos Segarra a un circuito de salas que se organizó por entonces (1982) compuesto por 'Charly Brown' (La Manga), 'El Molino' (La Aljorra) y otra sala de Molina de Segura cuyo nombre no recuerdo.
Los grupos venían el fin de semana y los alojábamos en Cabo de Palos (concretamente en casa de Águeda Celdrán). Al año siguiente trajimos a China Crisis, a los Blow Monkeys y a Radio Futura a la discoteca Trips. El concierto de los Blow Monkeys -uno de los mejores que he visto en mi vida- fue un fracaso y perdimos mucho dinero, que recuperamos con el concierto de Radio Futura, en el que reventamos la discoteca con 4.500 personas. En fin... recuerdos.
Que pasada y gran mérito de estos chicos
ResponderEliminarJoaquín Conesa sigue por La Manga?
ResponderEliminarVivito y coleando aún sigo por la zona. En Facebook me puedes encontrar bajo mi nombre o como 'Efemérides Musicales'
EliminarY en esa noche gloriosa descubrí a Ana Curra :))))
ResponderEliminarQué belleza y carisma. Hasta hoy.
Blow Monkeys, pedazo de grupo. No estábamos preparados para ese tipo de música, pero era un grupazo de lo mejor de UK en los 80.
ResponderEliminarNo eran Loquillo y los Trogloditas los que se ofrecieron a tocas gratis, todavía NO existían, eran Loquillo y los Intocables!
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